RockSpain publicó una reseña del Sonisphere Festival en Getafe, España. Getafe se convierte en la capital del metal
VIERNES 09 JULIO - DÍA 1: RECUPERANDO LA FE
Por fin llegó el fin de semana más esperado por los metaleros españoles. Un fin de semana que estará marcado por siempre por la ausencia del fallecido RONNIE JAMES DIO. Su banda, HEAVEN & HELL, nombre elegido para diferenciar al BLACK SABBATH con OZZY OSSBOURNE, tenía programada su actuación en este festival. Pero el show debe continuar y SONISPHERE abría sus puertas ante un sol de justicia. TAO TE KIN y VOLBEAT les tocó la dura tarea de comenzar con la comida aún en las gargantas ante un escaso público que luchaba valientemente contra la inclemencia del astro rey. Buenas maneras las de estas bandas, especialmente la primera que aprovecharon su escasa media hora para dejar su carta de presentación de buena alternativa.
De menos fortuna gozaron ANATHEMA. Los británicos ya partían en desventaja, pues su metal pausado y melancólico no parecía lo más adecuado para un caluroso viernes de Julio a las cinco de la tarde. Si sumamos ciertos problemas técnicos con el sonido, podemos pensar que agradecieron disponer de apenas 40 minutos para actuar. BULLET FOR MY VALENTINE demostraron tener mayor poder de convocatoria. Algunos cuestionaban la jerarquía de la banda liderada por MATTHEW TUCK en el cartel pero así son las cosas. Realmente acaban de sacar su tercer álbum, muy por debajo de muchos de sus compañeros de escenario. Polémicas aparte, cumplieron con más que solvencia su papel de ir calentando, más aún, el ambiente.
Los recién re-unificados SÔBER se incorporaron al festival a última hora. Desde luego no podemos sino aplaudir la inclusión de bandas nacionales a todos estos eventos aunque algunas voces marcaba que los madrileños ya estuvieron en el ROCK IN RIO hace apenas unas semanas. Sea como fuere,SÔBER es uno de los grandes exponentes del metal español y animaron el cotarro con su buen hacer, no podía ser de otra manera. Y de escenario en escenario y tiro porque me toca, los veteranísimos SAXON fueron los encargados de cerrar esta primera parte de la jornada. Los del águila son una de esas bandas que sabes que siempre van a funcionar sobradamente. Sus músicos, aunque claramente mermados físicamente, parecen haber mejorado con el tiempo, como el buen vino o las buenas mujeres. En el pasado METALWAY les tocó lidiar con el viento y con el plantón de HEAVEN & HELL. Caprichos del destino, esta vez su enemigo era el abrasador sol y los padres del Heavy Metal tampoco iban a poder estar con ellos. Pero como grandes veteranos de guerra que son, se metieron al público en el bolsillo con su buen hacer y un buen puñado de viejos himnos como "747 (Strangers in the night)", "Princess of the Night" o "Denin & Leather", dedicada a nuestro querido DIO.
Sin descanso, la masa cambió de escenario levantando ya las primeras humaredas para disfrutar de una propuesta totalmente distinta. Con mucha calma, sin la cobertura de aquellas magníficas proyecciones que acostumbran a llevar, PORCUPINE TREE comenzaron su recital. Protegidos de los rayos del atardecer con gafas de sol, trataron de hipnotizar a las hordas del metal con todo un despliegue técnico enfocado en crear esotéricos pasajes atmosféricos, marca de la casa de quienes bien podrían ser considerados los PINK FLOYD del siglo XXI. Cimentados en la tremendísima calidad de bajo y batería, su mayor virtud es el exquisito control sobre la ejecución y el sonido. Sin embargo, esto pudo ser insuficiente para aquellos que disfrutan de una mayor garra de intensidad sobre las tablas. Centraron su repertorio en sus dos últimos discos y tuvieron la deferencia de dedicar también unas palabras y su último tema a HEAVEN & HELL y DIO.
No hay tregua. Inmediatamente, tras acabar STEVEN WILSON y sus chicos, sirenas de bombardeo con extractos de sus grandes temas sobradamente conocidos por los presentes avisaba del peligro inminente de descarga metalera. W.A.S.P. tomaron el segundo escenario con la soltura y el descaro que solo un lider como BLACKIE LAWLESS puede tener. Las hordas del metal coreaban histéricas himnos como "On your knees", "The real me" ó "Love Machine". Una buena base estaba encumbrada por unos desgarradores solos de guitarra y unas magníficas voces. Porque aquí cantan todos, y fantásticamente. Además, Mr Blackie sabe manejar al respetable y consiguió hacerles cómplices de la actuación. Hubo tiempo para el nuevo álbum con "Bavilon is Burning", con la que el público ya estaba rendido pero fueron "Wild Child" y "I wanna be somebody" las que desataron la fiesta en la que siempre se convierten sus conciertos
Y se acabaron las concesiones. Llegó el reinado sangriento de SLAYER, uno de los Cuatro Grandes del Thrash Metal que no tuvo ninguna piedad, derrochando rabia visceral no apta para oídos sensibles. Los menos aguerridos prefirieron aprovechar la hora para consumir carne a la brasa, kebabs, pizza o enormes bocadillos que se vendían en el lateral del recinto. Aunque puede que no los saborearan mucho porque la nube de polvo levantada por los miles de almas que rendían culto a los dioses del metal comenzaba a ser ya opresiva. La elección de un terreno arenoso puede ser uno de los pocos peros, aunque muy molesto, para la fantástica organización del festival. SLAYER seguían inmisericordes, trepanando cerebros a discreción. Pero que nadie se confunda. No es nada sencillo sonar así de brutales pero que a la vez pueda entenderse cualquier detalle con esa nitidez. La coordinación entre esto cuatros musicazos es absolutamente pasmosa. "Reign of Blood", "South of Heaven" y Silent Scream" reventaron los tímpanos de las hordas del metal, sedientas del cálido y carmesí líquido de la vida.
Se acercaba el final y por fin, tras un merecido pequeño interludio para descansar, salieron FAITH NO MORE a escena. Había mucha expectativa por ver a los chicos de MIKE PATTON en acción. Su entrada fue muy prometedora. Es sabido que les gusta sorprender y romper normas, así que salieron de traje, interpretando un delicado y precioso "Reunited" a lo Steve Wonder con unos deliciosos coros. El Señor Patton apareció después, fingiendo una ostensible cojera, ayudándose con un elegante bastón. Muy buenas maneras en esta presentación, que explotó irremediablemente con el grito de "¡Oye hermanos y hermanas". Una explosión de luces y funk-metal levantó al público, que saltaba al son de las canciones. "¿Estáis cansados?" les preguntaban los americanos. Porque el quinteto se esforzó por dirigirse en algo parecido en español durante todo el concierto, algo que encandiló a sus seguidores. La gente se divertía con las locuras de Patton que demostró ser un fantástico maestro de ceremonias. Con la sentencia de "El nuevo Rey de España es... ¡Carles Puyol!" terminó de conquistar el festival. Incluso se atrevió a cantar "Evidence" en ¿español?. Bueno, al menos lo intentó. "Manos arriba, sentiras la nada" pudo ser lo único inteligible. Del Funk al Thrash, pasando por el hip-hop, el reggae ó el punk psicodélico, Faith No more se atreven con todo. Sin embargo no fueron capaces de dominar las distintas intensidades y los distintos sonidos, adecuados para cada tema y eso provocó muchos desajustes, algunos muy molestos, en la mezcla. Especialmente flagrante era el caso de Patton, que no se molestaba en controlar la dinámica del micrófono por lo que sus voces más graves apenas se oían mientras que sus gritos engullían al resto de compañeros. El teclado en ocasiones recordaba a los sintes de tecno de los ochenta, el bombo saturaba y la guitarra estaba muy chillona. Afortunadamente poco a poco fueron acoplándose y mejorando. Al público no parecía importarle y se dejaba llevar por la magia de Patton que los enardecía con el grito de "¡Puta mierrrrda holoandeses!". Incluso tuvo la osadía de bajarse al público para que cantara con él, al menos lo intentaron, y acabó navegando desde la mesa de mezclas hasta el escenario. Una locura muy divertida aunque una tortura para los oídos. Una mención especial a los pipas que consiguieron que el cable volviera entero. No, no era un micro inalámbrico. Los clásicos fueron concentrándose al final. "Cuckoo for Caca" fue de lo más aplaudido. Los bises comenzaron con una particular versión de "Carros de Fuego" y ya el público no paró de bailar. En definitiva un concierto muy ameno, divertido, interesante por momentos aunque no muy bien ejecutado a nivel musical.
La gran mayoría decidió retirarse entonces poco a poco. Aún así, no pocos se quedaron a la tralla deSUICIDAL TENDENCIES que empezaron directamente con "You can't bring me down". Inmediatamente, STEVE BRUNNER empezó a demostrar que es un pedazo de bajista como la copa de un pino y su compañero DEAN PLEASANT intentó no quedarse a la zaga. Desde fuera daba la impresión de que a la banda le faltaba potencia, sobre todo después de haber escuchado a SLAYER en el escenario 1, pero al segundo tema, las primeras filas ya eran una batalla campal de hordas enfebrecidas entregadas al poder del thrash metal más clásico mientras coreaban "War inside my head". Un gran colofón para una gran fiesta del Metal.
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